NO A LA DEROGACION DE LA LEY 25.542
Dedicado a un tema poco frecuente en la historia de la cultura gráfica, este trabajo de Alessandro Corubolo –experto del arte tipográfico– y Maria Gioia Tavoni – catedrática en la Universidad de Bolonia de Bibliografía e Historia del libro impreso– recorre el sinuoso camino que los pequeños talleres tipográficos transitaron a lo largo de guerras, festividades y revoluciones. Nadie duda del poder de persuasión de los textos impresos. En sus campañas militares, Napoleón Bonaparte llevaba consigo una prensa portátil para imprimir en el campo de batalla los periódicos dirigidos a levantar el ánimo de sus tropas y también para preparar las proclamas destinadas a los habitantes de las distintas poblaciones. La misma convicción tenía León Trotski quien, en 1918, cruzaba el territorio ruso en un tren que poseía un vagón entero destinado a un taller tipográfico en el que se diagramaba e imprimía el periódico V PUTI (‘En camino’). “El periódico también es un arma”, sostenía. A partir de un gran repertorio de ejemplos y un vasto aparato iconográfico, Corubolo y Tavoni abordan la impresión itinerante que sirvió tanto a los misioneros durante la evangelización como a los revolucionarios para producir y difundir panfletos clandestinos. Esta es una historia de máquinas y publicaciones marginales pero también de hombres y mujeres, de sus proyectos inconclusos y de batallas invisibles por la imposición de sus ideas.
Dedicado a un tema poco frecuente en la historia de la cultura gráfica, este trabajo de Alessandro Corubolo –experto del arte tipográfico– y Maria Gioia Tavoni – catedrática en la Universidad de Bolonia de Bibliografía e Historia del libro impreso– recorre el sinuoso camino que los pequeños talleres tipográficos transitaron a lo largo de guerras, festividades y revoluciones. Nadie duda del poder de persuasión de los textos impresos. En sus campañas militares, Napoleón Bonaparte llevaba consigo una prensa portátil para imprimir en el campo de batalla los periódicos dirigidos a levantar el ánimo de sus tropas y también para preparar las proclamas destinadas a los habitantes de las distintas poblaciones. La misma convicción tenía León Trotski quien, en 1918, cruzaba el territorio ruso en un tren que poseía un vagón entero destinado a un taller tipográfico en el que se diagramaba e imprimía el periódico V PUTI (‘En camino’). “El periódico también es un arma”, sostenía. A partir de un gran repertorio de ejemplos y un vasto aparato iconográfico, Corubolo y Tavoni abordan la impresión itinerante que sirvió tanto a los misioneros durante la evangelización como a los revolucionarios para producir y difundir panfletos clandestinos. Esta es una historia de máquinas y publicaciones marginales pero también de hombres y mujeres, de sus proyectos inconclusos y de batallas invisibles por la imposición de sus ideas.